Hemos entrevistado al Dr. Felipe Jánica, profesor visitante del curso The Effect of Innovative Entrepreneurship on the Sustainability and Perdurability of the Business, enmarcado en la Sustainability Week (previamente llamada International Week) de EADA. El Dr. Jánica es socio global de Ernst & Young. Es el líder del segmento de mercado de la oficina de Bogotá (Colombia) y también dirige los servicios de Asesoramiento Contable y Financiero en la región latinoamericana (LATAM).

El Dr. Jánica acumula más de 23 años de experiencia profesional en organizaciones industriales y de servicios de los sectores minorista, manufacturero y minero de Colombia, Estados Unidos, México, Panamá, Costa Rica, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.
El curso impartido por el Dr. Jánica aborda el marco conceptual de la innovación y la iniciativa emprendedora corporativa. Los estudiantes analizan cómo las empresas globales y las entidades regulatorias de todo el mundo trabajan conjuntamente para impedir los fracasos empresariales e impulsar el crecimiento sostenible a largo plazo.
En su opinión, ¿en qué se diferencia la iniciativa emprendedora innovadora de la corporativa?
La iniciativa emprendedora innovadora hace referencia a cómo los emprendedores desarrollan nuevas ideas, diferentes de que las que ya existen en el mercado. En cambio, la iniciativa emprendedora corporativa hace referencia al proceso de crear nuevos negocios en el seno de empresas ya consolidadas, con el objetivo de mejorar la rentabilidad organizacional o la posición competitiva, o de impulsar la renovación estratégica del negocio existente. Sin ambos tipos de iniciativa emprendedora, las empresas estarían abocadas al fracaso.
La iniciativa emprendedora innovadora, ¿qué papel jugará en el futuro?

La iniciativa emprendedora innovadora será esencial para el desarrollo de nuevas maneras de hacer negocio, no sólo en el ámbito local sino también en el global. Los emprendedores del futuro sabrán ponerse en el lugar de los clientes y escuchar a las tendencias del mercado. El componente digital es imprescindible, no es una opción.
¿Cuáles son sus principales retos en tanto que socio global de EY?
Mis clientes y las empresas son como ruedas, en la que el movimiento no es igual al progreso. Así, he estado viendo cómo algunas empresas se mueven y otras progresan. Mis principales retos están relacionados con ambos tipos de empresas. En el caso de las que se mueven, mi reto es persuadirlas a progresar. Y en el caso de las que progresan, el reto es que comprendan y aprendan (en algunos casos, que re-aprendan) cómo lo logran.
La iniciativa emprendedora innovadora en Latinoamérica, ¿es igual a la que podemos encontrar en Estados Unidos o Europa?
Existen muchas diferencias. En mi estudio observé que intervienen variables como el tamaño de las empresas o los sectores. En Latinoamérica hay muchas pymes. Esto da pie a la ausencia de presupuestos suficientes, y el capital humano es un reto para unas empresas que quieren ser globales. Las empresas latinoamericanas son mejores a la hora de responder ante los cambios, que a la hora de prepararse proactivamente para los cambios futuros. Sin embargo, existen excepciones a estas “reglas”.
Comprender el papel de la iniciativa emprendedora corporativa, de la innovación y la diversificación en productos y servicios impulsada por la renovación estratégica, puede ayudar a los stakeholders a encontrar nuevos modos de evitar el fracaso empresarial.
¿Cómo podemos trabajar hacia un crecimiento sostenible a largo plazo?
Comprender el papel de la iniciativa emprendedora corporativa, de la innovación y la diversificación en productos y servicios impulsada por la renovación estratégica, puede ayudar a los stakeholders a encontrar nuevos modos de evitar el fracaso empresarial. Mi propuesta de marco conceptual para las actividades de iniciativa emprendedora corporativa podría ser una referencia para empresarios, académicos y reguladores. Podrían utilizar este marco como punto de partida desde el que desarrollar nuevos estudios y modelos para evitar, impedir o incluso predecir el fracaso empresarial. A largo plazo, esto reduciría el número total de quiebras y mejoraría los resultados financieros de las empresas.