Los participantes del Sustainability Club de EADA han estado hablando con algunos profesores y expertos de la comunidad de EADA para aprender más sobre el COVID-19 y las implicaciones en la sostenibilidad y los negocios. Entrevistamos a Richard Ferrro, quien nos compartió su visión sobre la tecnología y la innovación relacionada con Covid-19.

Richard Ferraro es un ejecutivo de ventas y desarrollo empresarial con un historial de éxito en el crecimiento de empresas emergentes en EMEA. Actualmente es Director de ventas en GSMA para el evento 4YFN. Su experiencia en tecnología móvil lo convierte en una figura clave en innovación digital, big data y tecnología móvil como la Inteligencia Artificial y la Realidad Aumentada.
Durante la Sustainability Week de EADA, co-dirigió la asignatura “Digital Innovation as a Driver for Sustainable Economies“. Habla cuatro idiomas, es un ponente experimentado y ha escrito su propia publicación comercial, Location Aware Mobile Applications.
En la actual lucha mundial contra el COVID-19, cada uno de nosotros tenemos un papel que desempeñar. A medida que la situación se intensificaba, las empresas de Big Tech se han unido para ayudar a los gobiernos y las organizaciones de atención médica a hacer frente a la situación, incluidas las subvenciones y ad credits, la verificación de hechos para noticias locales, así como la investigación COVID-19 y el apoyo de primera línea. Mientras tanto, las empresas y los gobiernos dependen cada vez más de la tecnología para apoyar a los ciudadanos y trabajadores obligados a auto-aislarse, lo que impone nuevas demandas a las infraestructuras de los centros de datos. Sin embargo, parece no haber consenso sobre el papel que la tecnología tiene que jugar a largo plazo. En nuestra entrevista, Ferraro habló sobre las oportunidades y desafíos de la tecnología móvil durante y después de COVID-19, privacidad de datos, nuevas innovaciones y propuestas de valor y liderazgo moral.
La tecnología como un “habilitador”

Mientras tratamos de anticipar y formular nuevos escenarios e “incógnitas”, Ferraro augura que la tecnología digital desempeñará un papel importante en la configuración de una “nueva normalidad”. Ahora que no podemos entablar contacto cara a cara, la comunicación remota y las tecnologías digitales son vitales para mantenernos conectados. En nuestra transición hacia una nueva economía de bajo contacto, el papel de la tecnología es doble: por un lado, la tecnología actúa como un “habilitador”; es la infraestructura que albergará nuevas ideas, fomentará la innovación y creará nuevos modelos de negocio, desarrollados a través de reuniones remotas habilitadas a través de servicios digitales. Por otro lado, Ferraro prevé que estas innovaciones, albergadas por la tecnología, tendrán la forma de servicios digitales y modelos de negocios basados en la tecnología.
Se ofrecerán soluciones tecnológicas tanto para superar el aislamiento como para adaptarse a estilos de trabajo más remotos, una transición que probablemente se mantendrá después del COVID. Ferraro explora la posibilidad de nuevas formas de mostrar y compartir contenido en reuniones a distancia para respaldar nuestro nuevo estilo de trabajo, como algo que podemos esperar desarrollar en el ámbito de los nuevos servicios. Se prevé que esta función dualista de la tecnología aumente tanto el uso como el gasto en tecnología existente (y nueva, aún por desarrollar) en los próximos dos o tres años.
La pregunta clave aquí es: ¿qué precio estamos dispuestos a pagar por la gestión de la crisis?
El rol de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial, en particular, nos ayudará a simular lo que nos espera en esta “nueva realidad” al aprovechar las estadísticas que se recopilan mientras hablamos. Los rastros de datos que estamos dejando en este momento son mucho más ricos e informativos que antes, dado que casi toda nuestra actividad se ha trasladado online. Estas ideas sobre las necesidades cambiantes de los consumidores nos permiten comprender y anticipar lo que puede suceder, así como crear resiliencia como sociedad para futuras pandemias. Y su influencia no se detiene aquí: Ferraro ve que la IA también se implementa cada vez más en entornos corporativos, para ayudar a las empresas a gestionar la incertidumbre. La pregunta clave aquí es: ¿qué precio estamos dispuestos a pagar por la gestión de crisis?
Privacidad de datos como un “premium”

El COVID-19 y las medidas de confinamiento inevitablemente implican una mayor vigilancia de cómo nos comportamos, qué hacemos y dónde vamos. Esto plantea amenazas únicas y mayores desafíos para la privacidad de los datos. Un factor decisivo para juzgar la aceptación de este mayor escrutinio son las normas culturales y las medidas de seguridad de datos que esperamos en nuestros países. Si bien los gobiernos esperan que las personas estén más dispuestas a renunciar a la privacidad en favor del bien común, no está garantizado y es probable que cause tensiones, especialmente cuando se trata de la vigilancia corporativa.
Ferraro prevé que la tendencia de la privacidad como un “suplemento” en la sociedad se acelerará a raíz del COVID-19. En resumen: existe una probabilidad creciente de que algunos consumidores y algunas unidades de la sociedad estén dispuestos a pagar más para proteger su privacidad. De esta manera, el derecho a ser invisible tendrá un mayor coste. Ferraro insta a las empresas a considerar esta creciente necesidad como una oportunidad para propuestas de valor únicas para los clientes.
A juzgar por los ciclos económicos históricos y las recesiones, aunque desencadenadas por otros estímulos, es probable que invertir en tecnología genere grandes dividendos.
Una redistribución de la riqueza y el valor de lo no monetario
El recuerdo de esta crisis, sin duda, permanecerá con nosotros durante mucho tiempo. Se considera que nuestro actual sistema capitalista está “fallando hasta cierto punto” en su ineficiencia en la asignación de recursos. Con muchas personas perdiendo sus trabajos, una redistribución de la riqueza se vuelve inevitable, especialmente teniendo en cuenta que muchos de estos trabajos no pueden ser recuperados. Ferraro ve el potencial de un momento histórico en el que reconsideremos nuestra asignación de recursos, lo que implica una posible dilución de la riqueza de los ricos para concentrarse en los menos afortunados, un movimiento hacia la igualación de la distribución de ingresos. Ferraro cita la implementación del Ingreso Básico Universal, de manera temporal, como un camino potencial hacia una mayor igualdad, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Algunos elementos de esto pueden incluso persistir en un mundo post-COVID. A juzgar por los ciclos económicos históricos y las recesiones, aunque desencadenadas por otros estímulos, es probable que invertir en tecnología genere grandes dividendos. Ferraro hace una llamada a la sociedad para que transfiera las recompensas financieras a un segundo plano, dejando espacio para retornos no monetarios, como los motivos ESG. El valor se transferirá a propuestas como la seguridad, la proximidad a los seres queridos, el bienestar y la salud, que se incorporarán a nuevos incentivos y beneficios no financieros en nuestro trabajo.
Segmentación basada en la salud: ¿es ético?

En esta nueva sociedad sin contacto, surge una nueva demografía: la demografía de alta inmunidad. Este grupo de consumidores posee registros médicos ejemplares y sin complicaciones y, lo que es más importante, puede probarlo y documentarlo. Las empresas pueden tratar de apuntar a este grupo, tanto como consumidores como empleados. Esta nueva segmentación de los consumidores y la contratación selectiva basada en la inmunización de la salud requiere una extracción de datos específica, así como nuevas propuestas de valor para dirigirse a estos nuevos grupos demográficos.
Si bien es cada vez más factible, Ferraro ve los dilemas éticos involucrados en tales actividades y enfoques para exigir una nueva legislación, dadas sus implicaciones en una nueva forma de, lo que podría ser, la desigualdad en la sociedad.
Ser solidarios, actuar de manera altruista y utilizar este tiempo de aislamiento para reflexionar y reevaluar
La clave para navegar el futuro: agilidad
El consejo de Ferraro para los estudiantes de negocios es ser ágil: prepararse para las cosas que no se pueden prever. Estamos entrando en una nueva era, presentando nuevos desafíos y nuevas oportunidades. Deberíamos estar preparados para que nuestra comprensión del mundo se ponga patas arriba más de una vez en los próximos meses.
Ferraro nos insta a ser solidarios, actuar de manera altruista y utilizar este tiempo de aislamiento para reflexionar y reevaluar. En particular, Ferraro recomienda usar este tiempo como una oportunidad para reconfigurar las relaciones sociales, la economía y cómo funcionan las empresas, así como nuestra relación con el medio ambiente. Esta pandemia es evidencia de cuán frágil es nuestro ecosistema y de cómo las crisis son inevitablemente globales en nuestra sociedad interconectada. La agilidad nos ayudará, como la nueva generación, a anticipar lo que vendrá después y a poner en juego el liderazgo moral para superar esta crisis.
Sobre la autora

Actualmente, Lina Baumstark está inscrita en el International Master in Sustainable Business & Innovation y es una de las colaboradoras del Boletín del Sustainability Club de EADA. Lina tiene experiencia en medios y periodismo y, originaria de Alemania, vivió y estudió en el Reino Unido y Suiza antes de venir a EADA. Es una voluntaria proactiva, nadadora de competición y le apasiona hacer una diferencia tangible en el mundo.
Sobre el ciclo de entrevistas
En esta serie de entrevistas, exploramos cómo el papel de las empresas en la sociedad está cambiando y ajustándose a estos tiempos impredecibles y complejos, cubriendo temas como la tecnología de datos digitales, la inteligencia emocional y la gobernanza global. Otras entrevistas del ciclo son: Gestionar la Transición con Profesor Joan-Miquel Piqué, “Volver a lo básico” con Jordi Díaz, Associate Dean de EADA y El Reto del Liderazgo Ético con Profesor Ferran Velasco.